El hombre de los milagros

A. A. ALLEN, SUPERÓ LO QUE MUY POCAS PERSONAS HAN SUPERADO EN LA VIDA

  • Fue seriamente criticado por su sensacionalismo y su forma dramática de actuar, sin embargo, algunos consideran que fue el más importante de los evangelistas surgidos del avivamiento de La Voz de Sanidad. 
  • No tenía trabajo ni promesa de empleo, pero sabía que había sido llamado por Dios para predicar. Con cien dólares, unos pocos regalos y un viejo Ford comenzó una vida familiar.

 

Asa Alonzo Allen nació en Arkansas, Estados Unidos el 27 de marzo de 1911. Vivió una niñez profundamente infeliz, pues sus padres eran alcohólicos. Su madre era adultera y él creció en la pobreza absoluta. Ella lo mantenía en la cama, como un bebé, con la botella de alcohol para mantenerlo tranquilo.

Siendo adolescente, Allen conseguía dinero cantando en las esquinas de la calles. Estando desesperado por dejar la miseria de su casa, a la edad de 14 años, se escapó y estuvo en la calle, saltó trenes de carga donde realizó diversos trabajos. Cuando cumplió los 21 años se convirtió en un alcohólico igual que sus padres.

Un día la vida de A. A Allen dio un giro sorprendente. Pasó por el culto de una iglesia, en 1934, donde oyó el sonido de la alabanza. Por curiosidad entró en la reunión, había una mujer evangelista  predicando la cual impactó la vida del joven.

A la noche siguiente, el muchacho fue al servicio y entregó su vida al Señor y desde aquel entonces comenzó a cambiar. Al no encontrar un trabajo estable, donde residía A. A. decidió trasladarse a Colorado para trabajar en un rancho. Allí conoció una joven llamada Lexie Scriven, con la cual posteriormente contrajo matrimonio en 1936.

Allen tenía un fuerte deseo de predicar el Evangelio que lo había cambiado. Él y su esposa combinaron el trabajo de la madera para ganar dinero y el viajar a pequeñas ciudades para predicar el evangelio. Todo esto, en la época de la depresión económica, donde sus ingresos no eran muchos. En 1936 aceptó el pastorado en Holly, Colorado una pequeña ciudad cerca de la frontera de Kansas, donde nació su primer hijo. Durante su tiempo en ese lugar, Allen fue ordenado como ministro de las Asambleas de Dios. Ayunó y oró a Dios, el cual le dio una lista de trece cosas que harían que él viera Su poder en el ministerio.

Muchos de estos requisitos por parte de Dios enfocaron su consagración total y separación del pecado. El Señor le dijo que si él hacía todas estas cosas él vería sanidades y milagros a través de su ministerio. Fue entonces donde Allen renunció al pastorado en Holly y comenzó a sostener reuniones evangelisticas.

En 1949 el ministerio «Healing Revival», notablemente conducido por el reconocido evangelista William Braham, hacía noticia. Allen fue incrédulo al principio, pero se sintió inquietó para mirar que pasaba. Entró a una reunión de avivamiento en la carpa y al mirar todo lo que allí pasaba, comprendió que este era el ministerio al cual Dios lo había llamado.

Allen estuvo dispuesto a pagar el precio que fuera para ver esto en su vida. Pese a todo, renunció a su labor como pastor, en 1950, y comenzó a realizar reuniones evangelísticas donde la gente comenzaba a ser curada en los asientos de los buses cuando él predicaba. Para ese tiempo también llegó a escribir su primer artículo en la prestigiosa revista «Voice of Healing».

En 1951 compró su primera carpa para reuniones y para el año 1953 fue muy escuchado en emisoras de radio a través de los Estados Unidos, México, Cuba, y América Latina. Los rumores de alcoholismo comenzaron a aparecer sobre él en 1955. Era un tema de lucha constante y hasta a prisión fue a llegar por manejar en estado de ebriedad en Knoxville, Tennessee, pero salió libre bajo fianza y entonces pudo continuar con su ministerio.

Tras el incidente,  Asambleas de Dios pidió sacarle del ministerio mientras era aclarada la cuestión, pero A. A. sintió que esto era una especie de jugada de las Asambleas sobre él y renunció, aunque siguió el ministerio. También renunció a la Asociación «Voice of Healing».

Continuó como un ministro independiente, comenzando su propia revista llamada «Miracle Magazine», que hacia el final de 1956 tenía más de 200,000 suscriptores. También dio apertura al Ministerio «Miracle Revival Fellowship» apuntado al ordenamiento de ministros y a apoyar misiones.

En 1969, Allen estaba enfermo. Sufría de un caso severo de artritis en una de sus rodillas. Al año siguiente, viajó a San Francisco donde hizo una llamada a un amigo cercano, Bernard Schwartz. No se sabe exactamente qué hablaron, pero Schwartz se alarmó y fue inmediatamente al hotel. Al llegar al cuarto, la puerta estaba cerrada con llave y no respondía.

Schwartz contó el problema al administrador y abrieron la puerta con una llave general y fue hallado muerto. El informe forense señala que estaba sentado en una silla, frente a la televisión. Fue declarado oficialmente muerto el 11 de junio de 1970 a las 23:23. A. A. Allen tenía cincuenta y nueve años de edad.


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