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Venciendo un gran enemigo de los sueños

Venciendo un gran enemigo de los sueños

El dominio propio es un don o una fuerza de Dios para nosotros, nadie puede dominarse por si mismo, nadie. Pero cuando Dios a través del Espíritu Santo está en nosotros, vamos a tener dominio propio.

El carácter es lo que yo quiero, es lo que yo decido, y el dominio propio es la fuerza de Dios para hacer lo que yo decidí, para hacer lo que yo quiero. Por ejemplo, yo soy un hombre casado, entonces yo no quiero estar con otra mujer que no sea mi esposa, eso es carácter, pero el dominio propio es la fuerza de Dios para no estar con otra mujer cuando venga la tentación.

La vida sexual no tiene que ver con lo inmundo, vulgar o indecente; la sexualidad es un regalo que Dios le dio al ser humano, no solo para procrearse, sino para deleitarse, sino para unirse, para gonzarnos. Pero como todo regalo, sino somos responsables, lo vamos a echar perder.

¿Por qué es importante dominarnos y cuidarnos en el tema sexual? Porque sino lo controlamos, no vamos a poder agradar a Dios. La palabra dice que una pequeña zorra, echa a perder un gran viñedo.

Si una persona es inmoral en el área sexual, va a ser inmoral en otras cosas. La persona que anda adulterando, también anda mintiendo, termina engañando, robando… Muchos creen que el problema es la tentación, pero lo que realmente debemos atacar es la iniquidad, que activa esa tentación.

Veamos lo que le paso a José, Genesis 31:7: “aconteció después de esto, que la mujer de su amo, puso sus ojos en José” Esa mujer había visto a José como un simple empleado, pero ese día lo vio con ojos diferentes, y de esa forma en que lo vio, empezó a traer iniquidad y deseos de acostarse con él.

José era un esclavo, nunca iba a poder tener casa, una mujer, derecho a tener hijos… de repente se le estaba presentanto en bandeja de plata una mujer, ¿qué perdía José si se acostaba con la mujer de su amo? Muchas veces, la tentación se presenta de tal manera que te hace sentir lo que has estado buscando ser.

La tentación de José no era una semana, no era un mes, era todos los días, pero no se acostó con ella, porque no permitió que en su corazón entrara iniquidad. Puede haber tentación, pero si no hay iniquidad, jamás habrá pecado.

Muchas personas buscan administrar una gran empresa, un gran ministerio, pero no entienden que para administrar lo grande, deben administrar lo más pequeño que es el propio yo.

Nuestra vida sexual, nos da identidad. No debemos avergonzarnos de eso, Dios te lo dejo. Pero tu debes tener la responsabilidad de saberlo administrar, de cuidarlo. La obediencia siempre será el camino de la bendición y de la promoción de Dios. Él siempre va a promocionar a los obedientes.

2250-2391

info@visiondeimpacto.org

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Ivan Vindas

Pastor General Iglesia Visión de Impacto

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