“Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,  sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” 1 Corintios 9:26-27

Cuando el apóstol Pablo dice que golpea su cuerpo, lo que quiere decir es que somete su carne, es decir vive en el espíritu. Nadie puede someter la carne sino vive en el espíritu. Yo espíritu, golpeo mi carne.

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” Gálatas 5:16-17.

Recordemos que carne -vieja naturaleza- no es el cuerpo, es la predisposición que tenemos a pecar. El pecado usa el cuerpo para expresarse.

Para vivir en el espíritu, debemos alimentar el espíritu. Cuando la carne toma su lugar, el espíritu es debilitado, y comienza la vieja naturaleza a comandar el cuerpo. El viejo hombre está viciado.

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,  y renovaos en el espíritu de vuestra mente,  y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Efesios 4:22-24

El espíritu es alimentado por las cosas del Espíritu.

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”

Romanos 8:6.

Watchmen Nee dice en su libro, Liberación del espíritu lo siguiente: Tarde o temprano todo siervo de Dios descubre que el obstáculo más grande para su labor es él mismo y se da cuenta que su hombre exterior no está en armonía con su hombre interior. El hombre interior va en una dirección, y el hombre exterior, en otra.

Entonces, someto la carne cuando vivo en el espíritu, para vivir en el espíritu debo ocuparme de las cosas del Espíritu.

1. Escudriñar las Escrituras.
2. Orar.
3. Ayudar.
4. Congregarse.