La parábola del trigo y la cizaña, en Mateo 13:24-30, es un claro ejemplo de que la vida no está exenta de las cosas malas, los ataques del enemigo. El Apóstol Pablo enseñaba en 2 Corintios 2:11 a no ignorar las maquinaciones del enemigo para que él no tome ventaja sobre nuestras vidas. Esto quiere decir claramente, que en la vida pueden sucedernos cosas malas, pero gracias a que estamos con Él y en Él confiamos, todo lo podemos vencer. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33.
En esta enseñanza vemos a un hombre, el cual representa a Cristo, quien es el que siembra la buena semilla en nosotros, el campo.
- 24 “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo”.
¿Cuál es la buena semilla? Tu salvación, tus dones, riquezas espirituales, talentos, la restauración de lo perdido, tus seres queridos, y sobre todo el gran diseño de Dios con tu vida. Cuando aceptas a Jesucristo en tu vida como salvador y Señor, el comienza a sembrar cada vez más cosas buenas en la medida que tú produces con lo que Él te da. Como dice también la escritura, “al que tiene se le dará más, y al que no tiene se le quitará.”
Sin embargo ¿Cuándo apareció lo malo? ¿Cuándo la cizaña fue sembrada? V. 25 “Mientras dormían los hombres vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue” El dormir refleja el no velar, el no cuidar suficientemente lo que Dios nos ha entregado, o simplemente estar pasivos, dormidos, distraídos espiritualmente, cuando ya no buscas, no oras, ya no te congregas, ya no escuchas la palabra de fe, menguaste en tu compromiso con Dios y sus principios, en fin duermes. Allí es cuando, sin darnos cuenta, lo malo es sembrado junto a lo bueno y comienza a crecer.
Tenemos como seres humanos, momentos de debilidad, y sin querer damos lugar a que el enemigo siembre lo malo. Pero ante esto, tranquilo, confía porque lo bueno es que Sí podemos gobernar sobre ello, discerniendo de dónde viene lo malo y levantándonos en Fe.
Lo que debe mantenerte en acción es la semilla que tú siembras.
v.27. “Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto”.
Lo que marcará la diferencia en tu vida es la semilla que tú siembras a pesar de lo malo que se pueda levantar. No dejes que lo malo que pueda acontecerte apague lo bueno que hay en ti. Muchas personas por ser defraudadas, fracasar o ante algo inesperado apagan el amor, la gracia, la alegría, la generosidad. Mi consejo para ti en este día que estás leyendo este mensaje es: no dejes de hacer lo bueno sino vence con el bien el mal.
Muchas veces ante lo malo queremos tomar cuenta inspirados por el rencor, la venganza o el resentimiento. Déjame decirte que eso no te llevará a nada, y corres el riesgo de matar las preciosas cualidades, capacidades y propósito que Dios ha puesto en ti. Así como los siervos preguntaron a su Señor:
“…¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? v.29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo”.
Sé sabio, confía en la justicia divina, Dios tomará cuenta de lo malo, y por permanecer en el bien serás recompensado con una gran cosecha que será evidente ante los ojos de los hombres, lo malo quedará expuesto y tendrá fin.
Debes saber que Hay un tiempo de cosecha donde la diferencia se va a marcar.
Que nada te detenga, que las injusticias no te frenen de hacer el bien. No dejes de sembrar lo bueno a través de lo que Dios te mando a hacer. No cierres tu mano. Que no se enfríe el amor en ti.
v.30 “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.
2017 es un año donde la justicia divina es visible y esto irá creciendo ante los ojos de los hombres. Permanece, Dios nos dará una cosecha abundante cuando permanecemos a pesar de lo malo, en Él y en sus principios. Es un tiempo para estar aferrados a Dios más que nunca, para no movernos de lo que Dios nos mandó a hacer. Dios recogerá lo bueno, tus obras, tu fe, tu confianza y lo guardara en su granero. Su granero, es aquel que tiene abundancia y plenitud, tiene paz y gozo. Ese es tu destino por perseverar hasta el final. Te bendigo….

Alejandra Fochesatto

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