Lucas 4.18
Hay muchos creyente que han recibido a Jesús en su corazón; van a la iglesia, son hijos de Dios, tienen al Espíritu Santo y creen que van a ir al cielo, pero aún tienen heridas profundas en su corazón que los mantienen atados a su pasado, y que los hace vivir una vida miserable, no alcanzan a vivir como Dios quiere que vivamos: libres, plenos, en abundancia, llevando un testimonio real de todo lo que Jesús nos ha cambiado. Jesús pago por completo por nuestra salvación y perdón de pecados, nos ofrece una libertad total que tiene que ver con lo que nosotros somos: Espíritu, alma y cuerpo.
Cuando tienes amargura, falta de perdón ataduras en tu pensamiento y conducta por falsos patrones del pasado, temores que frustran tu vida, baja auto-estima, sentimientos de auto-rechazo y menosprecio, presta atención, porque puede ser que todas estas cosas poco a poco te lleven a apartarte de Dios, a producirte enfermedades físicas, mentales, romper todo tipo de relaciones y creer que siempre estás en lo correcto.
La sanidad interior es el plan de Dios para el hombre. Él quiere que seamos verdaderamente sanos y libres.
Esa sanidad no es vivir una vida de remordimientos, quejas, dolor, resignándonos a vivir así, porque creemos que esa es la voluntad de Dios, tampoco es olvidar el pasado y dejar las cosas así creyendo que todo está bien y que aquí no pasó nada. La sanidad interior es un proceso a través del cual un creyente es liberado, sanado de heridas y traumas del pasado, implica una transformación, renovación del alma, donde se encuentra nuestra voluntad, las emociones, la mente, por medio de la palabra de Dios y del Espíritu Santo.
Todos tenemos un área débil y es por allí donde el enemigo va a atacar, cada área que requiere ser liberada debe ser enfrentada con la verdad, con valor, decisión, responsabilidad y con la palabra de Dios, no escondas tu verdad, enfréntala, porque eso es como una comida podrida guardada que huele mal, pero que no sabemos de dónde viene, y que tarde o temprano va a salir.
Jesús es el único que sana los quebrantados de corazón y da verdadera libertad para servir a Dios y cumplir su voluntad. Una persona que ha sido herida y abusada, siempre tendrá la tendencia de herir y abusar a otros, y si no hace nada al respecto, no saldrá de ese ciclo, trayendo más condenación y dolor a su vida.
El Señor Jesucristo es el único que puede restaurar tu vida y traerte a la libertad, si tan solo tocara el borde del manto del señor recibirás sanidad. Hoy te insto a que toques y le busques que ÉL está esperándote para hacerte completamente libre y se feliz. Dios te bendiga!

Ana Fonseca

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