¿Has estado esperando prosperidad, libertad económica y bendición?
Marcos 10:25-30
Cristo establece cuán difícil es que un rico entre al reino de los cielos. Pedro argumenta que ellos habían dejado todo para seguirle.
¿Cómo saber que realmente has prosperado? Tiene que haber alguien que cuestione tu progreso. El mundo te va a perseguir por la prosperidad porque no sabe lo que tú has dejado y no se dan cuenta de que el resultado de lo que tú tienes es la recompensa divina por la semilla que tú has sembrado.
Dios va a multiplicar todo aquello que has sacrificado por la causa de Cristo cien veces más, no en el más allá, sino aquí y ahora; y en el cielo, la vida eterna.
Tiene que llegar un día donde la gente te persiga por la causa de Cristo, por lo que Él ha hecho en tu vida, por todo lo que tú has dejado de hacer. El joven rico no sabía que hubiera sido doblemente rico, si hubiera hecho lo que Cristo le dijo que hiciera; si hubiera dejado aquello, hubiera ganado el doble, hubiera disfrutado de caminar con el Señor, hubiera alcanzado muchísimas más cosas; pero, lamentablemente, se perdió de todo aquello, por no atreverse a hacer lo que tenía que hacer.
Algún día alguien te acusará por predicar la palabra, porque tu vida y tu testimonio le ponen presión, porque le molesta que ores en público, que invoques a Dios. Ojalá algún día estimes esta causa como una tan poderosa que valga para ti el esfuerzo de que te persigan por ella.
Esa es una de las marcas de un cristiano; que te persigan, que te critiquen.
Lamentablemente, el cristiano busca la manera de no ser perseguido. Por eso, hoy, lo que abundan son iglesias que buscan bajar los estándares, para que todo el mundo se sienta cómodo. Lo que complace a la gente es llegar a un lugar en el que se le hable una palabra bonita, para poder irse tranquilos y con su conciencia calmada, aunque no necesariamente transformada.
La iglesia tiene que abrirse a la cultura, cambiar y mejorar muchas cosas. Pero, la iglesia ha tratado de unirse tanto a la cultura, no necesariamente para ganar a más gente, sino para evitar ser perseguida; cuando el ejemplo que tenemos en la Biblia, tanto de los profetas como de los discípulos y de Cristo, es que la marca más grande que ellos tenían de estar cumpliendo con su propósito, era la persecución que sufrían. Pero, a pesar de la persecución, cumplieron con el propósito de Dios.
Si eres un verdadero cristiano, siempre te van a perseguir, te van a señalar, van a hablar mal de ti. Lo que no puedes permitir es que esto detenga el cumplimiento del propósito de Dios en tu vida.

Ana Fonseca

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