El deseo de Dios es empoderar a la mujer. ¿Qué significa? Que Él quiere aumentar nuestra fortaleza espiritual para impulsar cambios beneficiosos en temáticas como economía, política, diario vivir, etc., y a través de esto desarrollar la identidad del Reino de Dios en otros.
Vamos a leer dos ejemplos de mujeres que Dios usó para liberar el poder, la confianza y la seguridad en un Rey:
“Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes” Jueces 4:8-9
“Pero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió… (Sísara). Jueces 4:21-22
Dios ha llamado a la mujer a facultar a otros, a tener sabiduría de Dios en medio del conflicto, a ser sensibles a la voz del Espíritu Santo. Dios nos ha provisto de una pasión especial para percibir Su presencia, por lo tanto, para saber cómo impartirlo.
En este pasaje tenemos el ejemplo de dos mujeres poderosas: Débora y Jael.
Débora fue la única mujer juez sobre Israel y que Dios usó para derrotar a sus enemigos. Fue una mujer:
- Sabia.
- Tenía el favor y la gracia de Dios.
- Sabía escuchar y distinguir la voz de Dios.
- Conocía los tiempos de Dios.
- Conocía a Dios.
- Consejera
Jael fue una mujer:
- Que supo tomar la venganza del Señor en sus manos y sobre todo sabía cuando debía decretarla.
- Fue una mujer guerrera que Dios utilizó para derrotar al ejército de Canaán. Al caer el capitán, caería completamente toda la guardia.
- Fue una mujer que utilizó las estrategias celestiales. Sísara le pidió agua para beber pero ella le da leche. Según el diccionario bíblico, esta leche que utilizó para dormir a Sísara se llamaba “leben», es un soporífero (sustancia que produce sueño a tal punto que deja inconsciente a la persona). ¡Ella sabía perfectamente que el día de la libertad de Israel había llegado!.
- Fue una mujer que no tuvo temor a su enemigo.
El ejemplo de estas mujeres nos sirve para saber cómo “sentar” a otros en los lugares celestiales, sean hijos, esposos, compañeros de trabajo, miembros de nuestra iglesia, etc. Tenemos que ser mujeres que se levanten como columnas, mujeres dispuestas a poner ese colirio celestial en otros para que se vean como el Señor los mira, que encuentren su fuerza en el Señor.

Fabiola Castro

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