Mente renovada

“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo.”  Colosenses 1:13                                                                                              

Abrazamos esta revelación cuando sometemos espíritu y mente a la obra del Espíritu Santo y queremos ser altamente productivos por esa verdad real. Debemos aprender a dejar de operar en un reino para que podamos operar en otro. Salir del sistema donde hay una apertura a la iniquidad, fuera del gobierno de Dios y bajo la potestad de las tinieblas, donde se genera un centro de poder y numerosos pensamientos establecen fortalezas. “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”.  Efesios 6:10 Tenemos que aprender a gobernar ambientes con el poder del Señor.

Somos trasladados de un reino a otro, entramos a un Reino incoherente para este mundo que está permanentemente permeado por la cultura, y con mentalidades paganas. Tenemos que gestionar una reforma, una reeducación del pensamiento y de la educación de este mundo para amoldarlo a los principios del Reino. Para ello tenemos que renovarnos en el espíritu de nuestra mente: “Esto pues digo y requiero en el Señor, que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de corazón…En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engaños, y renovaos en el espíritu de vuestra mente y vestíos del nuevo hombre creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Efesios 4:17-18, 22-24                         “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta”. Romanos 12:2

Las estructuras de pensamientos que se originan en la mente son las que gobiernan y lideran nuestra vida. Estos pensamientos naturales se alimentan de la cultura que traen legalmente. Ahora somos establecidos como Reyes, por posición, diseño, creación. Tenemos una constitución legal como Reyes, pero a veces no una apariencia real de reinado, no por el pecado ya resuelto por Cristo, sino por una mentalidad.

Hemos sido trasladados al Reino del amado Hijo, es una forma de vida; en el culto se establece la influencia de Gobierno del Rey de ese pueblo, que es el Rey de reyes y Señor de señores.

Por ello debemos expresar su cultura, una cultura diferente, del Reino de los cielos, porque como hijos de Dios debemos expresar esa vida. A la reina de Sabá, no le impresionaron las riquezas, lo que le impresionó fue la vida de su gente, la gloria del Rey Salomón vista a través de su gente, en el vestir, en el comer, en el vivir “ Y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón y la casa que había edificado y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos y la escalinata por donde subía a la casa de Jehová, se quedó asombrada”. 2ª Crónicas 9:3-4

En el evangelio del Reino, es la vida del Rey lo que expresan los hijos del Rey, la gloria de Dios expresada en nosotros, con nosotros y entre nosotros. El Reino que es invisible, pero se hace visible entre nosotros, como forma de vida. El Rey está en mí, Él produce honra, respeto, integridad. El Reino no es estático, es dinámico, no es automático, es una semilla.

El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo” Mateo 13:31. La semilla del Reino en un proceso de crecimiento, produce fruto, reproduce la vida del Reino, desarrolla géneros, proyectos y palabras del Rey y son decretos que gobiernan lo que es su área y su territorio. La iglesia, al combatir por el Reino, desarrolla esa victoria.

No estamos aquí circunstancialmente, sino a causa del propósito. El propósito me trajo a existir “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” Romanos 8:29. Renueva, reclama y activa el propósito, Dios quiere darnos calidad de vida, vida abundante, vida Zoe. Tenemos autoridad real, y entonces asumimos nuestra posición como hijos del Rey, experimentando su victoria. Lo legal lo hacemos real, lo legal ocurrió en nuestras vidas, pero hemos sido trasladados de reino.

En el Reino se reproduce la vida del árbol de la vida, no la del conocimiento del bien y del mal. Adán produce fruto de independencia y de rebelión sobre el pecado, pero Cristo muestra fruto de la vida.

Nuestra forma de pensar renovada, trae la vida de Dios a nuestro espíritu. La cultura de esta sociedad, trae patrones de pensamientos, creencias que son condicionadas por hábitos y costumbres. Los paradigmas verbales usuales, son vivencias y formas de pensar que traen una cultura improntada por el individuo. Esas creencias, hábitos y costumbres traen pensamientos enquistados.

Lo que amamos, pensamos y hacemos forma la mentalidad, por eso el nivel de confrontación del reino no solo es el pecado, sino es renovar el pensamiento. La mentalidad se arrastra. Dios alimenta y forma tu manera de pensar, te saca de la ignorancia y te traslada al Reino como su hijo. Debemos ser conscientes de nuestra identidad, acciona y vive como un hijo del Reino, aunque sea contracultura, para llevarlo como modelo de ideas y costumbres.

La cultura de Reino va en contra de la subcultura evangélica, con un lenguaje religioso determinado. Lo que oímos, vemos y reproducimos. En la cultura religiosa, todo se centra en el edificio, donde cantamos, adoramos, pasamos al altar, buscamos la presencia. Aprendemos de lo que vemos. La cultura es una forma de vivir, por ello he de cambiar mis pensamientos, renovar mi forma de pensar y de vivir, un orden de responsabilidad, un gobierno formado por el orden de Dios.

Lo que gobierna tu pensamiento, gobierna tus dichos. Necesitamos cambiar las ideologías. Hablar crea imágenes y deben ser en la terminología del Reino. Nosotros somos el altar, nosotros portamos la presencia, la unción y la gloria.

La religión ante la crisis no trae una formación en la realidad, en el Reino hay que estar en los mercados, en la calle, en los negocios. Las fortalezas se encierran en las situaciones de cautiverio, culpa y arrastran una mentalidad de miseria y religiosidad. En el plano espiritual estamos obligados a resolver y reformatear las distintas formas de pensar, porque éramos ignorantes de las cosas del Reino, porque no nos entrenamos para el palacio, sino `para servir en el templo, como Samuel, el que no gobierna su tierra no tendrá heredad.

Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios altísimo, que  salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes y le bendijo”. Hebreos 7:1. Hay aquí un protocolo de realeza y hablamos incongruentemente cuando hablamos como plebeyos. No debemos alterar la identidad de la esposa del Rey, representa su honor por el derecho que tiene El sobre ella. Tenemos la identidad de hijos, no por lo que hacemos, sino en función del título y asignación. El Padre reconoce a sus hijos, no a sus funciones. Dios nos ha dado el rango de hijos de Dios y nos ha unido a la congregación de los primogénitos.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16

Os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscriptos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos a Jesús el mediador del nuevo pacto”. Hebreos 12:22-24

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su hijo, para que él sea el primogénito de entre muchos hermanos”. Romanos 8:29

El Padre entregó al unigénito para engendrar al primogénito. En el Reino somos engendrados cuando Él nos entregó su vida. Tenemos identidad de hijo primogénito, con los privilegios que ello conlleva, doble herencia, posición a la diestra del Padre y nos sentamos con Él en los lugares celestiales. “Y juntamente con él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”. Efesios 2:6

Debemos sentarnos donde Él nos puso, el diablo sabe quiénes somos “A Pablo y a Jesús conozco”, el Padre nos ha vestido de salvación y de lino fino. Vistámonos como hijos, sirvamos como siervos, y no nos comportemos como esclavos, tenemos coronas de Rey para lanzarla delante del Él.

El primogénito era especial, Jesús era la imagen del Dios invisible, no alteremos nuestra identidad. Jacob se disfrazó de Esaú para robar su primogenitura. Debemos afirmar nuestra identidad, somos únicos delante de Dios, así que no miremos a ningún otro. El Padre reconoce al hijo primogénito.

Un Rey gobierna por decreto y ejerce su potestad de Rey y su autoridad, no vive en escasez, ni miseria sino que vive de los tesoros reales, tiene un determinado protocolo de actuación. No hay que hablar nada tóxico, no hay que prestarse para cualquier cosa.

Por cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes”. Génesis 26:5

La voz de Dios es asunto de estado, de gobierno y de dirección.

Abraham le dio los diezmos a Melquisedec en un protocolo de transparencia y reconocimiento.

Y cantaban un nuevo cántico diciendo: Digno eres tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tu fuisteis inmolado y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. Apocalipsis 5:9-10

Nuestra vida, comportamientos, pensamientos, conducta, palabras, etc, deben manifestar que pertenecemos al Reino de Dios y que somos sus hijos y Él nos ha hecho reyes y sacerdotes y que debemos gobernar sobre la tierra a través de la oración y la intercesión en el nombre del Rey de reyes y Señor de señores.

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Silvia de Muratore

Apóstol Iglesia Nueva Generación

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