Hace unos días saliendo de mi casa, me encontré con unos trabajadores que reparan calles, ellos regulaban el tránsito para hacer su trabajo. El día era caliente, el sol pegaba con fuerza y el olor del asfalto penetrante. Fue entonces cuando pensé en estas personas y me pregunté sobre ¿cuánto sería un salario justo para tanto riesgo? Y cómo mantenerse en su labor con la mejor actitud ante condiciones tan estresantes! Pensé sobre el tiempo que podrían mantenerse en esas labores, quizá hasta pensionarse, para algunos, eso significa al menos 30 años más… me pregunté si tendrán sueños posibles que les brinden mejores condiciones laborales… no lo sé. Ciertamente encuentro un factor común en el ser humano común, la mayoría piensa que las alturas son solo para los que nacen ahí.
Mis pacientes con frecuencia llegan con dolor, frustración, tristeza, buscando cómo salir de ese estado y en su gran mayoría se encuentran ante una imposibilidad de pensarse en una situación mejor, asumen su situación como destino y la viven como si fueran merecedores de ello y nada más. En mi caso, cada vez que los recibo creo que se trata de seres mejor que diamantes. Creo firmemente que el ser humano es la obra maestra de Dios Quien reconociendo su potencial único y exclusivo imprimió su firma en la huella digital que todos llevamos. Es desde esa perspectiva que trabajo y a través de los procesos recibo el privilegio de ver la evolución en cada uno conforme al propósito de Dios en ellos.
No hay quien pueda ser igual cuando lleva sus cargas ante Jesús, el Hijo de Dios, que no negó ni su propia vida para nuestra Salvación. Cuando nos disponemos a encontrarnos con nuestro Salvador avanzamos hacia arriba como Moisés y en cada encuentro se descubre nuestra verdadera naturaleza, nuestro linaje y verdadero potencial. No hay que ignorar que el enemigo conspira día a día y desde el vientre de nuestra madre, para que “avancemos” hacia abajo, hacia el pozo profundo juntamente con él, pero nuestro Padre Celestial en Su infinito amor y misericordia se ha provisto de un Cordero para elevarnos a las alturas y vivir eternamente con Él.
Tu historia y las experiencias vividas en ella te dejan ver solo para abajo, mas nuestro Señor Jesús anuló esa acta de decretos que nos baja la cabeza y nos hizo más que vencedores con él. Sueña y mírate en las alturas por medio de Cristo Jesús, porque escrito está: “de modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” II Corintios 5:16. Levántate en dignidad, porque Jesús te la ha otorgado, mírale, toma Su mano y deja atrás lo pasado, no hay altura a la que ÉL no te pueda llevar, no le digas hasta donde, solo empieza a subir en fe y déjate sorprender por Su amor y fidelidad.
Celular 8705 4521
Email: psicologiaconpropositocr@gmail.com

Vivian Ortiz

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