El apóstol Pablo hace una selección de eventos a lo largo de la Toráh o el Pentateuco en lo que anteriormente denominé cuatro montes y cinco valles de la experiencia de fe.
1 Cor 10:5-12 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
De toda aquella generación que salió de Egipto solamente Josué y Caleb tenían edades superiores a sesenta años, todos los demás murieron en el desierto conforme a la palabra que Dios había dicho (Num 14:28-35; 32:10-12).
El Valle de la Codicia
Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
En Num 11:4-34 se relata la historia del descontento generado por el menú único de mana que tuvieron en el desierto y su deseo de comer carne a la manera que lo hacían en Egipto. Una y otra vez el anhelo y el deseo de equiparar nuestra vida con Egipto nos trae problemas y situaciones innecesarios. Lo opuesto sería el contentamiento agradecido.
El Valle de la Idolatría
Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.
Ex 32 no deja lugar a duda de lo fácil que el corazón humano sustituye el más sublime móvil de su veneración por cualquier otra cosa, incluidas las cotidianidades de la vida. Lo opuesto seria la fidelidad a toda prueba.
El Valle de la Fornicación
Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.
En Num 25:1-18 se nos retrata la fornicación de los israelitas como una mezcla de deslealtad, promiscuidad, falta de identidad y una puerta abierta al juicio divino. Pues así es. Si Dios no llena nuestro todo siempre estaremos coqueteando e intimando con las otras opciones. La otra opción es la comunión satisfactoria con Dios.
El Valle del Egoísmo
Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
Es cuando nosotros ponemos los términos de la relación. Cuando perdemos la perspectiva de su bondad y en un espíritu mal agradecido queremos coaccionar a Dios para que haga lo que queremos. Lo opuesto seria la simple aceptación de la voluntad divina.
El Valle de la Murmuración
Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
La rebelión de Coré es uno de los pasajes más representativos de la opinión de Dios con respecto a este pecado, y son varios pasajes, sin embargo, jamás se menciona en el relato bíblico un pecado por el que se abriera la tierra y se tragara a alguno. Yo le propondría a los actuales murmuradores, muy comunes en la vida de las iglesias, perdón, hoy se la llama critica constructiva, un poquito de comprensión y reconocimiento hacia los que muchas veces a cambio de nada hacen el trabajo que los murmuradores no hacen.
Bendiciones para todos.

Francisco Jiménez Cruz

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