Un día una madre fue a consultar con su terapeuta, luego de que le describiera su vida, la cual resumió de este modo: Usted invierte el 50% de sus energías en el trabajo, el 50% en su esposo y el 50% en sus hijos. Creo que veo el problema el mundo no respeta la gran labor que hacen las mujeres, se les dice que les hace falta una carrera para desarrollarse como profesional, la carrera de ser madre no se respeta ni la valoran.
Sin embargo, Dios mismo ha honrado a las madres grandemente. Él también llama a todos a honrarlas, ¿Qué de la mujer que no es madre? ¿Carece de valor? Claro que no. También es usada grandemente por Dios en muchas maneras, la mujer tiene la responsabilidad de una familia. En qué consiste el honor de ser madre? La realidad es que cuando Dios creó al hombre y a la mujer, Adán le dio como nombre a su pareja Eva. Según GN 3:20, El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella sería la madre de todo ser viviente.
Cada mujer que es madre refleja en su ser el poder creativo de Dios. Sólo Dios puede dar la vida, pero la madre posee la bendición de ser portadora del poder que tiene Dios para dar vida. Ella no es la creadora de la vida nueva, pero es el instrumento usado por Dios para traer vida nueva al mundo. Podemos decir, entonces, que Dios ha bendecido grandemente a las mujeres al usar a una de ellas para traer a su Hijo al mundo. Cuando el ángel le apareció a María para anunciar el nacimiento de Jesús, le dijo estas palabras: ¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo (LC 1:28).
El esposo que ama a Dios jamás se aprovecha de la debilidad de su esposa, sino que más bien busca la manera de ayudarla a desarrollar sus habilidades para que juntos puedan servir al Señor.
Los hijos también deberán honrar y respetar a sus madres Dice Pr. 15:20: El hijo necio menosprecia a su madre. Es una gran falta de sabiduría menospreciar a la madre, cualesquiera que hayan sido sus fallas. Por supuesto, la madre sabia aprecia los intentos de sus hijos, aunque su sinceridad sobrepase su conocimiento. Madres, tomen en serio el trabajo que Dios les ha dado de educar y guiar a sus hijos.
La belleza verdadera de la mujer no está en el color de sus ojos, en el arreglo de su cabello o en su forma de vestirse, la verdadera belleza está en el alma. Si quieres ser realmente bella, tú que eres mujer y madre, teme a Dios. Sométete su voluntad para tu vida, busca más de él, y pasa tiempo con él cada día. Así serás realmente bella y digna de elogio.
Feliz día de las madres.

Ana Fonseca

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