El poder de la vida y la muerte está en nuestra boca. Debemos tener cuidado de lo que hablamos ya que las palabras dirigen nuestra vida. Como hijos de Dios su palabra debe de estar siempre en nuestra boca para que sea ella quien guie nuestro camino.
Romanos 10:8-10. Con la boca confesamos lo que hay en el corazón.
Debemos entender el poder que hay en creer y confesar no solo para salvación sino también para ver lo sobrenatural de Dios en nuestras vidas.
Dios hace justicia por lo que ve en tu corazón pero Él necesita que lo confieses.
Para que las palabras de bendición lleguen también tienen que existir las palabras de educación, de corrección, de confrontación. La corrección marca lo que lleguemos a ser de grandes.
Hebreos 12:6 (TLA) Dios muestra que nos ama corrigiéndonos, su deseo es que evitemos el castigo.
Primero debe existir la instrucción antes de la corrección. No debemos permitir que las instrucciones del pasado estropeen las instrucciones de Dios del presente.
Mateo 6:9-13. Estos son los deberes y derechos de Dios hacia nosotros y viceversa.
Así como Dios tiene derecho de corregir como Padre nosotros tenemos derecho de pedir como hijos. Dios antes de ser juez, es nuestro Padre.
El perdón que buscamos al cometer un falla no es para adquirir el pan sino porque deseamos tener una buena relación con Dios.
Isaías 1:18-19. Todo padre responsable llama a sus hijos a cuentas. Dios llamó al pueblo para perdonarlos. Vivamos santificando el nombre de Dios para no tener que vivir la corrección por el castigo.
Padres, no corrijan maldiciendo, busquen con la corrección ser cercanos a sus hijos y no convertirse en su enemigo. Los métodos incorrectos de corrección van a causar división y rebelión.
Malaquías 4:6. La división provoca maldición. Entendemos que Dios tiene el poder para volver el corazón de los hijos a los padres, la pregunta es ¿por qué se dividieron? Las instrucciones de Dios son para evitar la restauración de Dios. Restaurar es volver al lugar original.
Debemos aprender a cuidar lo que tenemos para nunca perderlo.
Salmo 1:1. Gracias a la obra que Dios hace en los padres a través de la instrucción y corrección hará que los hijos sean bienaventurados. Cuando los padres se apartan de Dios atraen maldición a la familia.
En la vida solo se ocupa uno para bendecir o maldecir las generaciones, decide hoy ser ese uno para bendición de miles.
El bueno dejará herencia a los hijos de sus hijos.

Ivan Vindas

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