Josué 1:6-9
Cuando Josué recibió la comisión de entrar y repartir la tierra de Canaán a los Israelitas, hubo una dirección divina que le permitiría cumplir con esa encomienda. Esa misma directriz es válida para los hombres y mujeres de Dios de este tiempo. Las promesas de Dios no están exentas de las demandas que requieren lo mejor de nosotros, las grandes bendiciones están detrás de grandes batallas.
En dos ocasiones Dios le dice a Josué esfuérzate y se valiente; el verso 6 implica que para poder cumplir con la encomienda de repartir la bendición de la tierra era necesario valentía y esfuerzo, la bendición se conquista y llega como respuesta a aquellos que pagan el precio. Es como si el Señor dijera: ¿quieres que te bendiga? vas a tener que esforzarte por dar lo mejor de ti, y ser valiente para luchar por lo que te he prometido.
En el verso 7 la valentía y el esfuerzo se aplican para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, conforme a la Palabra, y establece que de esa forma seremos prosperados en todas las cosas que emprendamos, haremos prosperar nuestro camino y todo lo que hagamos nos saldrá bien. Sobre todo en estos tiempos vivir conforme la voluntad de Dios requiere de Valor y esfuerzo, pero también pone la mano de Dios a nuestro favor.
Hay un tercer pasaje y es el que, la mayoría conocemos y citamos, el verso 9, pero en este pasaje, se añade una orden: “mira que te mando”, deja de ser una invitación. Esfuerzo y valentía no es una opción cuando se trata de ser representantes de Dios. Si Dios está conmigo quiere decir que lo que hago, de alguna forma Dios lo hace a través de mí. Como dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 5.20: “somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros”.
Dios estaba diciéndole a Josué en el verso 9: si vas a representarme en esta tierra vas a tener que ser valiente y esforzado, porque la gente me va a conocer a mí a través de ti.
Los cristianos de este tiempo tenemos que ser hombres y mujeres esforzadas y valientes, no buscamos hacer las cosas fáciles, porque sabemos que lo fácil no saca lo mejor de nosotros y la recompensa de lo fácil es lo común; pero aquello que demanda esfuerzo y valentía tiene el poder de sacar lo mejor de nosotros y cuando damos lo mejor de nosotros provocamos que lo mejor de Dios sea revelado. La mediocridad es el resultado de la carencia de esfuerzo y valentía, la excelencia es fruto del esfuerzo y la valentía.
No debemos de quejarnos ante las situaciones difíciles de la vida, es en ellas donde demostramos quien es nuestro Dios; no podemos temerle a las oportunidades que nos llegan, porque en ellas glorificamos a Dios. ESFUERZATE Y SE VALIENTE.
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William Luna
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