Según el diccionario la palabra gratitud se refiere a un sentimiento de estima o reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio, por el cual desea corresponderle.
De igual manera, la Palabra de Dios nos habla de gratitud como una actitud de agradecimiento. Para tener esta actitud tan saludable, necesitamos pensamientos honestos, puros, amables, dejando la queja y el orgullo de lado. Una de las formas de adorar a Dios es a través del agradecimiento. “Entrad por sus puertas con acción de gracias”. (Salmos 100:4)
Mostrar agradecimiento no sólo es bueno para los demás, sino también para nosotros mismos, nos trae vida ya que nos permite caminar sin amargura y sin quejas, disfrutando de la alegría de un corazón agradecido. Medita diariamente en todas las cosas por las que tienes que estar agradecido y menciónaselas a Dios en oración.
La queja, es un principio negativo que nos ataca muy a menudo, es muy dañino… Nos paraliza, afecta nuestros pensamientos y no nos permite ver las bendiciones que ya hemos recibido de parte de Dios. En cambio la gratitud trae gozo y liberación.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. (Filipenses 4:6)
Ser agradecidos requiere esfuerzo porque muchas veces nos encontramos en situaciones difíciles (problemas personales, familiares, financieros, de salud). Dios sabe, que tenemos necesidades y peticiones. El suplirá para nosotros en su tiempo, porque EL es bueno. Pero espera de nosotros una actitud de agradecimiento por todo. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. (Romanos 8:28)
Es el deseo de Dios que seamos agradecidos. Hay muchas personas que no expresan gratitud. Si alguien hace algo por ellos, no lo agradecen y es una forma de expresar orgullo.
La Biblia nos habla de una ocasión cuando Jesús sanó a 10 hombres leprosos y sólo uno regresó para dar las gracias a Jesús. Lucas 17:11-19
Gracias te damos, Oh Dios, gracias te damos, pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas (Salmos 75:1)
“Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. (Efesios 5:20)
Cuando somos agradecidos, otros nos observan y son animados a hacerlo. Siempre recuerdo viajando con mis padres y hermanos en el carro y mi papá nos llevaba a comer algo, al entrar de nuevo al carro mi mamá expresaba las gracias a mi papá y automáticamente mis hermanos y yo hacíamos lo mismo.
Dios quiere que seamos agradecidos en todo porque la gratitud es la máxima expresión de un corazón transformado y sano. La ingratitud puede destruir una iglesia, una familia y un hogar. Dar gracias por todo y en todas las circunstancias es la voluntad de Dios.
Andrea Carballo
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