Jueces 6
Cuando leemos la historia de Gedeón la mayoría de las veces fijamos la atención en el evento de la victoria de los trescientos sobre la gran multitud y quedamos maravillados en como Dios usa un pequeño grupo de hombre para, por su poder, demostrar que cuando Él está con nosotros siempre tendremos la ventaja a nuestro favor.
Hoy te invita a acércate a Gedeón desde su llamado, ¿qué fue lo que miró Dios en él para escogerlo como el nuevo juez de Israel y como instrumento de liberación de su pueblo?, Gedeón era una hombre que por su realidad y sus características, nosotros no lo hubiéramos escogido para una misión divina, tenía muchas cosas en contra y solamente dos a su favor; cuando escuchamos su forma de hablar encontramos resentimiento y duda referente a como Dios había tratado a su pueblo, es al parecer de Gedeón que Dios había sido injusto con ellos y que lo que se había contado de sus portentos con Israel en Egipto era una leyenda más que una realidad histórica (v.13); él no venía de una tribu de renombre o influencia, tampoco de una familia prominente, era de una familia pobre, y tampoco era el hijo mayor, sino el menor de su familia (v.15); su padre tenía un altar a Baal y Asera, dioses de Canaán, y posiblemente hay adoración en su casa a esos ídolos (v25). Sin embargo hay dos cualidades de Gedeón sobre la cual Dios basa su llamado: Varón esforzado y valiente, y le antecede una promesa: El Señor está contigo, el ángel del Señor no denotó una cualidad espiritual, no le dijo varón santo y perfecto, en medio de todos las imposibilidades que poseía este hombre inclusive espirituales, su carácter marcó la diferencia y provocó el llamado de Dios. Hay personas que quizás como nosotros no los llamaríamos a servir al Señor, porque a nuestro parecer, no son las idóneas o no están preparadas, sin embargo Dios es capaz de llamar lo que no escogeríamos nosotros, para enseñarnos que el Él quien, no solo hace el llamado, sino que también es quien lo respalda, que es en nuestras limitaciones y grandes debilidades donde Él manifiesta su poder y su gloria, para que al igual que al final de esta historia la victoria no dependa del poder humano, sino de un corazón obediente y de la acción de Dios en medio de los actos de obediencia de sus hijos.
Muchas veces creemos que no estamos listo para hacer aquello que se nos encomienda, y que necesitamos más tiempos, recursos y preparación para hacerlo, o por el contrario, que tenemos lo suficiente y necesario, y es en ese momento donde Dios nos mengua lo que teníamos a mano, pero aumenta su compañía y poder sobre nosotros. Descubrimos que cuando nos llamó a su obra era porque estábamos listos para caminar en fe, y mover su mano a nuestro favor.
William Luna
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