Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. (Génesis 12:1,3)
Cuando nosotros obedecemos a una palabra de Dios.
- Dios te saca del lugar que habitualmente estás acostumbrado a estar.
- Te mete en una tierra donde él ya tiene todo preparado
- Donde obedeces
- Te bendice
- Y engrandece tu nombre
No podemos olvidar que cuando obedecemos comienza un proceso de desintoxicación de todo lo que se va arrastrando, lo aprendido o simplemente lo que limita al Señor su actuar en nosotros, y se entra en un periodo donde Dios nos enseña, y nos prueba nuestra Fe y Fidelidad a él.
Vemos más adelante en el capítulo 17 Dios le cambia el nombre, la forma de pensar actuar, y comienza el proceso en desatar esa palabra. Promete engrandecerle y multiplicarse.
Dios cuando pone sus ojos en un hombre o en una mujer es para realizar sus planes divinos sobre la tierra. Una palabra nunca viene sola, sino que viene con todos los elementos que se necesita, para habilitarla y que de su fruto.
Tienes que cree que e puedes entrar en la tierra prometida.
Nuestros pies es el elemento profético que él Señor nos dejó para activar el dominio en el territorio, pueblo y naciones, en el lugar donde Dios te introduce será tu territorio de conquista, y para eso se necesita.
- Obedecer
- Espíritu de osadía
- Espíritu de conquista
Tres elementos que no pueden faltar en la vida de aquellos que han recibido una palabra.
Cuando Dios te da una palabra tú tienes que ir en pos de ella, tú no conquistas quedándote quieto, tú no lo conquistas quedándote parado que venga algo del cielo, tú no lo conquistas cuando la palabra no está en operación.
Cuando la palabra está operando en ti, es ahí donde viene el espíritu correcto y tomas todos los riesgos.
Pisa la tierra a lo ancho y a lo largo, La palabra profética te habilita, te activa para recibir lo que necesitas para entrar, abrazar y correr.
La profecía te activa Si quieres ser fructífero corre con todo lo que Dios habló.
Si te mueves en la palabra de Dios, echa la red.
Mi decisión desata la visión.
Si te mueves en la palabra la palabra va a trabajar.
Tu obediencia activa el movimiento de Dios…
Se de los que reciben, obedecen y corren con la palabra eso te hará efectivo en todo lo que hagas.

Lidia Giménez

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