La palabra de Dios nos muestra una historia muy conocida por la mayoría de cristianos: El profeta Elías hizo grandes proezas guiado por la voz del Espíritu Santo, era un hombre fuerte y usado grandemente por el Dios de Israel; de repente, se levanta una mujer amenazante llamada Jezabel, que decide perseguirlo para matarle y es entonces cuando Elías entra a una cueva atemorizado y lleno de frustración. Un relato que podría perfectamente retratar a la iglesia costarricense en este tiempo.

Las pasadas elecciones presidenciales, sin lugar a duda sacudieron con fuerza a cada cristiano y cristiana del país. El ver cómo la fe fue expuesta ante los medios de comunicación y todo aquello que se practica diariamente por aquellos que creen en Jesús, provocó que muchos se analizaran, cuestionaran e incluso se sintieran retados a defender los principios en los cuales creen y se arraiga su fundamento.

Muchos sintieron la necesidad de levantar la voz en contra de los movimientos progresistas, que sin lugar a dudas desean implantar en las nuevas generaciones principios contrarios a los que establece la palabra de Dios. Sin temor alguno, postearon en redes sociales, dieron a conocer sus puntos de vista y no permitieron que las falacias llenaran sus mentes, iglesias y familias.

Sin embargo, luego de este movimiento tan fuerte y la desilusión (quizá) de no ver cumplidas sus expectativas en materia política, llevaron a muchos a esconderse, frustrarse y abrazar un sentimiento de impotencia que les ha paralizado.

Desde periódico El Camino, deseamos alentar a la iglesia costarricense una vez más. Recordamos que la palabra de Dios “no ha pasado de moda”, ella es eterna y pasará el cielo y la tierra pero ella nunca. La biblia debe ser defendida en todo momento y nos es necesario obedecer a Dios en todo momento.

No es tiempo de perder el enfoque, de entrar en temor, es necesario defender aquello en lo cual se cree. Cristo debe ser levantado como nunca antes. Muchos afirman que el Señor viene pronto, que poco a poco se cumplen señales, pero si él viene ¡debe encontrarnos trabajándonos y esforzándonos! Y no dentro de una cueva, como le pasó al profeta Elías.

¡Despierta iglesia de Costa Rica!